Con todo lo que estaba en disputa, es entendible que la tensión haya jugado un papel preponderante a lo largo del partido. El dato sobresaliente de la primera mitad resultó que, si bien los croatas manejaron más tiempo el balón, los mexicanos mostraron mayor fluidez al recuperarlo.
Pero este hecho no se tradujo en situaciones de riesgos, y México recién llevó peligro al promediar la etapa a través de un disparo de media distancia de Héctor Herrera que pegó en un poste. A Croacia, en cambio, lo empujó más la necesidad que sus ideas, pero así y todo tuvo una oportunidad clara en los pies de Ivan Perisic, mal resuelta por el volante.
El gran mérito del Tri en el segundo tiempo fue no conformarse con el empate, un resultado que, si bien le servía para avanzar, se asemejaba a cuchillo de doble filo. El premio a esa ambición llegó por cortesía de su capitán y símbolo Rafael Márquez, quién de cabeza abrió el marcador tras un tiro de esquina (0-1, 72').
El tanto mexicano obligó a Croacia a echar el resto, y terminó pagándolo caro al aparecer libre Andrés Guardado en un contragolpe para aumentar la cuenta (0-2, 75'). Tras un nuevo tanto de cabeza en otra jugada a balón parado, ahora de Javier Hernández (0-3, 82'), México hasta se animó a soñar con ganar la zona, pero el descuento de Perisic apagó esa llama (1-3, 87').
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