Brasil chocó con el temple de México. Los anfitriones del Mundial 2014 igualaron sin goles ante los mexicanos en el estadio Castelao y firmaron el segundo empate sin goles en la cita planetaria.
El juego fue parejo, tuvo emociones y solo faltó el invitado especial. Los aztecas no se achicaron, pero quizá respetaron de más a un Brasil sin magia.
En los minutos finales, la intensidad se apoderó del compromiso y lo generó en un ida y vuelta. El "Tri" decidió atreverse muy tarde en el cotejo.
Los brasileños hicieron lo suyo desde el pitazo inicial, pero su estretagia no fue expedita. El técnico Luiz Felipe Scolari no encontró en la media cancha el compañero ideal para Neymar.
Scolari alineó a Ramires en lugar de Hulk, quien tuvo una lesión. El volante no aportó ningún pase filtrado que generara peligro y Oscar fue un jugador que apareció poco durante la primera parte.
El asedio de los anfitriones fue cada vez mayor, incluso el zaguero David Luiz y Thiago Silva se sumaron al ataque.
La estrella Neymar fue controlada sin problemas por los defensores Francisco Rodríguez y Rafael Márquez, quienes estuvieron atentos a cualquier despliegue del "10" brasileño.
Los aztecas tuvieron un salvador bajo los tres palos: su portero Guillermo Ochoa.
Ochoa fue una muralla infranqueable al detener un cabezazo de Neymar al 25', un remate de Paulinho al 43' y otro Silva al 85'. Además que estuvo efectivo en jugadas de táctica fija.
Los dirigidos por Miguel Herrera no llegaron al área brasileña con balón dominado, sí generaron peligro con remates de media distancia de Héctor Herrera.
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